La fisioterapia acuática es una técnica que se viene usando desde hace mucho tiempo y cada vez se conocen más beneficios y más utilidades para nuestros peques. Es un medio que nos encanta para trabajar con ellos. En Fundación NIPACE usamos esta terapia tanto como para normalizar el tono, como para trabajar y enseñar diferentes movimientos que fuera del agua son más difíciles. También lo utilizamos como área de aprendizaje y juegos para las piscinas en verano.
En nuestro vaso terapéutico buscamos conseguir la máxima independencia en la vida de nuestros peques, tanto dentro como fuera del agua. Además, buscamos conseguir control respiratorio y postural (tanto estático como en movimiento) y que los movimientos que se realicen sean lo más fluidos y controlados posible. Otra ventaja es que la piscina siempre está calentita, lo que nos va a ayudar a que el tono de nuestros niños esté lo mejor posible y estén muy a gusto.
Es súper importante que tengamos en cuenta que dentro del agua no existe la gravedad, por lo que cualquier movimiento siempre les resulta más fácil de realizar y pueden descubrir diferentes maneras de moverse y experimentar nuevas sensaciones que siempre les encanta.
Uno de nuestros primeros objetivos siempre es perder ese miedo inicial al agua donde una de las herramientas más importantes que usamos es la flotación y el control respiratorio, para que puedan hacer pompas dentro y fuera del agua. Una vez conseguido nuestros peques estarán más seguros y podrán empezar a estar solitos con nuestra supervisión.
Otro de nuestros grandes objetivos es ser capaz de cambiar de posición en el agua: cómo pasar de estar tumbados a sentados, hacer la croqueta… Todo esto les va a ayudar a tener más seguridad y además es muy útil para extrapolar el trabajo a la sala de rehabilitación.
También tenemos como objetivo el desplazamiento en el medio acuático: aprender a mover brazos y piernas de manera coordinada para nadar, aprender a bucear para coger aros…
En Fundación NIPACE contamos además con una cinta de marcha subacuática que nos sirve para ayudar a nuestros niños para que empiecen a andar y correr, y que así tengan esas sensaciones para después trabajarlo también fuera del agua. Nuestra cinta puede estar a diferentes alturas, de manera que la podemos dejar a la altura de las axilas del peque para facilitar el movimiento o a la altura de la cadera o las rodillas para resistirlo.
