La integración sensorial es un enfoque terapéutico diseñado para ayudar a los niños a procesar y responder de manera adecuada a la información que reciben a través de sus sentidos.
Durante las sesiones, se trabajan habilidades como el equilibrio, la coordinación, la atención, la ideacion, el planeamiento motor y la regulación emocional, utilizando actividades personalizadas y divertidas que estimulan el desarrollo neurológico.
Este proceso es especialmente útil para niños que tienen dificultades en actividades cotidianas, como vestirse, comer o jugar, ya que les ayuda a interpretar mejor el mundo que los rodea y a desenvolverse con mayor seguridad y confianza. La meta principal es mejorar su calidad de vida y facilitar su aprendizaje y crecimiento.